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diciembre 2, 2008 a las 3:48 am #16383Tomate©Miembro
Lo que voy a contar sucedió hace ya unos 14 años, era viajante para el negocio familiar propiedad de mi padre y estábamos sufriendo la globalización, el 1 a 1 con el dólar y las ¿bondades? Del primer mundo, mientras se vendían las joyas de la abuela, los pequeños y medianos comerciantes estábamos peleando por nuestra subsistencia.
Manejaba una Renault 12 Break propiedad del negocio, cargada con mercaderías que tapaba prolijamente con lonas, pero lo que no podía disimular era la inclinación que el peso de lo llevado creaba en el tren trasero con respecto a la trompa de la Break.
Tenía la portación de mi revolver S&W mod. 10 .38 Spl. Cargado con munición +P recargadas por mí que estaban entregando unos 860 fps. en boca del cañón. Tenía dos tiras Bianchi con 6 municiones de repuesto cada una en el bolsillo.
Llevaba mi arma en una funda de cintura al lado derecho algo retrasada, suelo desenfundar desde mas atrás que la mayoría.
En uno de los viajes me detengo a almorzar en una parada de camiones y tenedor libre entre los pueblos de San Genaro y Monje, una ruta de pequeñas hondonadas que estaba en reparación por esas épocas, la distancia entre ambos pueblos era de unos 80 kms. aprox. Al los 65 kms. encontraba la entrada a Díaz un pueblo que estaba 1 Km. adentro de la ruta.
Termino de almorzar a las 14:30 aprox. Y decido viajar a Monje para esperar a que abriera el primer cliente. Subo a mi automóvil y emprendo la marcha, el primer tramo de la ruta tenía varios obradores a los costados con obreros que iban y venían, algunas palas mecánicas y motoniveladoras, estaban reparando una ruta que tenía partes muy destruidas, también estaban las hondonadas, suaves pero profundas, de pronto saliendo de una curva veo una Fiat Regata Week end color blanco, que aparece en mis espejos (soy de vigilar muchos y con crecencia los espejos). Cuando un coche aparece en mis espejos de esa manera viene a 30 o 40 km/h más rápido y en general me sobrepasa rápidamente, pero este se queda detrás mientras pasábamos unos obradores, al ver que había disminuido la velocidad considerablemente levanto un poco la mía para ver si se me acercaba y veo que mantenía la distancia, apuro un poco y lo mismo, ellos mantenían la distancia.
Mis alarmas internas comenzaron a sonar, “Vienen por mí pensé”, en ese momento estábamos llegando al final de los obradores y de las maquinarias al borde de la ruta, “Cuando esto termine se van a tirar” (me dije), desenfundé mi modelo 10, bajé el vidrio de la ventanilla del chofer, aferré fuertemente el volante con la mano inhábil y me preparé para lo que vendría, un par de minutos mas tarde los obradores y la gente habían desaparecido en las hondonadas y el Regata apuraba la velocidad para ponerse a mi par.
Puse mi automóvil a velocidad constante (120 kms/h) y esperé con el arma lista, por el espejo se veían dos personas en el Regata, el chofer y un acompañante, al igualar mi línea de marcha el acompañante me muestra un revolver de tamaño considerable y me grita: “Parate al costado, parate al costado” mientras me apuntaba con el arma y efectuaba un disparo (que no pregunté si iba dirigido a mi o intimidatorio), levanté el pie del acelerador y mi auto agachó la trompa, mientras el de ellos se adelantaba un poco, en ese momento vi que estaba fuera de su línea de tiro y saqué mi revolver e hice tres disparo casi simultáneos, mientras escuchaba mis detonaciones veía salir fuego del arma que sostenía el delincuente y mezclado con los fogonazos veía vidrios y pedazos de material que saltaban del Regata, mientras el chofer zigzaguea en la ruta. Pisé el freno hasta que sentí chillar el automóvil y se detuvo, ellos también frenaron quedando medio atravesados en el camino unos 20 mts. delante de mi auto, mientras abría mi puerta para apartarme del auto, y cubrirme, el conductor del regata acelera y sale visoreando mientras el caucho se quemaba en el pavimento, les apunté con mi revolver hasta que se perdieron en la siguiente hondonada, saque el coche de la ruta a la banquina, me cruce enfrente y me senté entre unos espinillos y esperé a que se me aquietara el corazón y la respiración, “Debo recargar” pensé, mientras buscaba las tiras de munición, al tratar de colocar los cartuchos nuevos en el cilindro este iba hacia un lado y los cartuchos hacia el otro, era Imposible los cartuchos parecían mas grandes que los alvéolos.
Sentado lejos del auto y escondido analicé la situación, tratando de decidir si seguir o volverme, en ese momento divisé el tanque de agua de Díaz y calculé que estaba a apenas 1 ó 2 kms. de distancia, decidí emprender el camino hacia allí, entrar a un bar y tomarme algo para pensar con mayor tranquilidad que iba a hacer, al arrimarme al auto, veo en el pavimento los restos de Vidrios, pedazos de tablero y pintura del Regata Blanco, revisé mi auto a groso modo y no encontré nada, ellos no habían atinado. Tampoco me pregunté si yo le habría pegado a alguno de ellos, para mi el incidente estaba terminado, aunque me duraba el susto (y lo haría por varios días más).
Cuando estuve mas tranquilo y analicé como había manejado la situación me dí cuenta que todo lo hice como entreno, saqué el revólver con el dedo fuera del disparador, me aseguré, bajé el vidrio, esperé a ver el arma en la mano del delincuente y ahí recién abrí fuego, sabiendo que mis disparos fueron al blanco hice la pausa para ahorrar munición y cuando quise recargar abrí y manipulé el arma exactamente como lo hacía una y mil veces en los entrenamientos, solo que el temblor y la adrenalina no me dejaron ver que estaba haciendo y mucho menos “embocar” la munición en el cilindro.
El Protagonista:
Saludos desde Rosario, Argentina
Tomate©
q=)
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