Principios basicos para tener buena punteria con fusil

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    CZ99
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    Cuando vamos al poligono, o efectuamos practicas de tiro llegamos a la conclusion que apuntar sin utilizar los elementos de puntería supone un gasto importante y adicional de munición. Para disparar con precisión se requiere una práctica constante con los elementos de puntería del arma. Se basa fundamentalmente en tres principios:

    – Alineación de los elementos de puntería.
    – La correcta posición de tiro y sujeción del fusil.
    – El disparo se realiza sin perturbar la posición de tiro.

    ALINEACIÓN DE LOS ELEMENTOS DE PUNTERIA.

    a. Generalidades.
    – Consiste en alinear el ojo con el alza y el punto de mira. Al efectuar el disparo, el ojo debe enfocar en el punto de mira para asegurarse de que los elementos de puntería están alineados. El tirador debe enfocar alternativamente los elementos de puntería y el blanco.
    – Inicialmente enfoca al punto de mira, alineándolo con el alza. A continuación, enfoca al blanco y finalmente, mientras oprime el disparador, vuelve a enfocar el ojo en el punto de mira para asegurarse del correcto funcionamiento de los elementos de puntería. Por lo tanto, el punto de mira se verá claro mientras que el alza y el blanco se verán ligeramente borrosos.
    – Juzgar la distancia a que está el objetivo es una aptitud que se aprende con la experiencia práctica. Como la trayectoria de la bala se curva hacia abajo debido al efecto de la gravedad, es necesario ajustar el alza según las distancias.
    – Los visores ópticos son muy útiles en la corrección del tiro, ya que permiten apreciar los impactos en el blanco. Asimismo, reducen el problema de la alineación de los elementos de puntería debido a los cambios en la luz ambiente. Sin embargo, reducen el campo visual.

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    b. Alza abierta (Fig. 8-14).

    – La línea de mira queda determinada por la muesca del alza y el punto de mira.
    – Para que la puntería sea correcta, debe verse la misma cantidad de luz a derecha e izquierda, y su punto más alto debe quedar siempre enrasado con la base del triángulo imaginario que forma la muesca del alza.

    c. Alza cerrada (Fig. 8-14).

    – Debe hacerse coincidir la parte más alta del punto de mira con el blanco, viendo la cúspide del punto de mira centrado en la apertura circular del alza.

    Fig. 8-14

    CONTROL DE DISPARO.
    La clave de un buen disparo reside en respirar correctamente al apuntar, pulsar el disparador de forma idónea y acompañar el movimiento del fusil con el cuerpo sin deshacer la posición de tiro.
    a. Respiración.
    – Si el tirador respira normalmente mientras apunta y dispara, el movimiento de su pecho lo transmite al fusil. Para evitarlo, debe aprender a contener la respiración durante unos segundos, los necesarios para apuntar y disparar.
    – Al dejar de respirar, una cierta cantidad de aire queda retenida en los pulmones, momento en que la musculatura permanece relajada al no producirse esfuerzo alguno. Debe iniciarse el ciclo respirando normalmente, expulsando parte del aire tomado, conteniendo la respiración
    y finalmente disparando.
    – Si el tirador, a los 8-10 segundos, no ha podido realizar el disparo, debe desistir de su empeño y descansar, ventilando los pulmones con inhalaciones algo más profundas,aprovechando también para descansar su visión.
    – Lo normal es hacer una inspiración profunda antes de disparar y expulsar el aire lentamente, reteniendo la respiración en forma gradual y produciendo la pausa respiratoria antes de la total expulsión, del aire. Hay que procurar no alargar demasiado la pausa ya que el ansia normal del cuerpo por recuperar el aliento va en perjuicio de la capacidad de concentración.
    b. Como pulsar el disparador.
    – El acto de disparar debe estar coordinado con la sujeción del arma y la puntería, incluyendo la visión nítida y la respiración.
    – Cuando el tirador obtiene la alineación correcta del arma, comienza con una breve presión sobre el disparador, hasta finalizar el recorrido del primer tiempo sin variar la puntería.
    – Una vez que se contiene la respiración, se aumenta la presión del dedo, lenta y progresivamente, hasta vencer la resistencia del segundo tiempo y el disparo se produzca de forma natural sin producir una presión brusca.
    – Si el disparador está a más de 2,5 Kg de presión, debe ser la segunda falange la que lo presione. Para disparar por debajo de esta presión debe emplearse la primera falange. En cualquier caso, hay que actuar sobre la parte inferior del disparador.
    – Si el arma oscila y aún no se ha disparado, debe tenerse la presión sobre el gatillo, desencarando, descansando los brazos y la vista, y respirando profundamente.
    c. Seguimiento del disparo.
    – Mientras el dedo presiona el disparador hay que mantener alineados el alza, punto de mira y blanco, enfocando el ojo al punto de mira. Hay que asegurarse que no se altera la posición en respuesta a la acción del disparador y al retroceso, lo cual atentaría contra la estabilidad
    del fusil.
    – El retroceso provoca un movimiento del arma hacia atrás y hacia arriba, pero si la posición y la sujeción son correctas, los elementos de puntería se mantendrán sobre el blanco o muy cerca de éste.

    POSICIONES BASICAS.
    a. Generalidades.
    – Solo una correcta instrucción o adiestramiento del combatiente le permite ejecutar de una manera eficaz el tiro con su FUSA. La realización de las diferentes posiciones del tiro de instrucción y el desarrollo de frecuentes y variados ejercicios permiten formar adecuadamente a los tiradores en la realidad del combate. Las posiciones de tiro se repetirán muchas veces hasta que el tirador las adopte con naturalidad, corrección y rapidez. Una vez adquiridas, se seguirán practicando como entrenamiento para que el tirador conserve la destreza adquirida y la perfeccione.
    b. Posición de tendido (Fig. 8-2).
    – El cuerpo debe estar en una posición ligeramente oblicua en la línea de tiro. La pierna izquierda estirada y la derecha flexionada para aliviar la tensión del abdomen y la presión del pecho. Debe existir una separación cómoda de las piernas.
    – El fusil debe apoyarse en tres puntos: la mano izquierda, la derecha y el hombro. El brazo izquierdo, ayudado por el fusil, sostiene el arma por medio del sistema óseo, sin tensión muscular.
    – El guardamano del fusil debe sujetarse con firmeza para controlar el arma sin necesidad de tener que empuñarla con tensión.
    – La mano derecha sujeta el pistolete, con el brazo derecho relajado para mantener la perfecta alineación del arma. La cabeza está recta, sin ladearla ni inclinarla. La carrillera de la culata soporta a la cabeza, debiendo ser constante la presión sobre la mejilla.
    – Durante el tiro, nunca debe moverse el codo izquierdo.
    – Si el tirador observa que al apuntar el arma queda a un lado del blanco, debe girar todo el cuerpo a derecha o izquierda sobre el codo izquierdo como punto de apoyo. Las correcciones en altura se realizan adelantando o retrasando ligeramente las caderas.
    c. Posición de rodilla en tierra (Fig. 8-16).
    – El tirador se arrodilla sobre su pierna derecha, manteniendo el contacto de la pierna con el suelo desde la punta del pie hasta la rodilla, y descansa la nalga derecha sobre el talón. También se puede doblar el pie derecho hasta descansarlo por su parte externa sobre el suelo y sentarse sobre él.
    – El brazo izquierdo descansa sobre la rodilla izquierda, de manera que el codo la sobrepase ligeramente. El brazo derecho debe estar relajado,
    evitando la crispación del hombro al disparar, con el codo derecho algo levantado para facilitar la acción del disparo.
    – Si el tirador observa que el arma no queda apuntada de forma natural al blanco, debe girar todo su cuerpo como un todo.
    d. Posición sentado (Fig. 8-17).
    – El cuerpo queda de medio perfil hacia la derecha. Las piernas abiertas cómodamente, con los pies separados medio metro.
    – Los pies deben mantener las puntas dirigidas hacia delante y hacia fuera. Los codos se apoyan en las piernas, aproximadamente a la altura de las rodillas. Esta posición puede modificarse por comodidad, cruzando las piernas.

    Fig. 8-16
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    Fig. 8-17
    e. Posición en pie (Fig. 8-18).

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    – Los pies se separan la anchura de los hombros o una distancia ligeramente inferior, con el peso del cuerpo repartido entre ambos.
    – La línea imaginaria que pasa por los hombros debe aproximarse a la línea de tiro.
    – El torso se inclina a la derecha y atrás, con las caderas y las piernas inmóviles con el fin de disminuir lo más posible la oscilación horizontal del arma.
    – El codo izquierdo se apoya en el hueso de la cadera. Si no es posible, se mantiene pegado el brazo izquierdo a lo largo del cuerpo para
    apoyar al arma sin trabajo. El codo izquierdo queda debajo del arma, recayendo su peso sobre la muñeca y nunca sobre la palma.
    – El brazo derecho levantado proporciona mayor facilidad en el disparo, con los hombros relajados sin que el derecho busque la culata. La cabeza debe estar lo más vertical posible, sin inclinación lateral.
    – Si al mirar al blanco el tirador observa que queda situado a derecha o izquierda del arma, debe corregir la posición moviendo únicamente los pies.

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