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Hace un par de días ojeaba la última (o penúltima) edición de la revista Cosas Hombre, y encontré una entrevista que la revista le hizo a un conocido empresario joyero, mismo que hizo noticia al dar muerte a delincuentes en dos ocasiones distintas, cuando era víctima de asaltos o al menos intentos de asalto, ambas veces empuñando su Glock 19 en 9mm.
La primera vez fue en la puerta de su casa, el empresario alega (es decir, sus abogados) que al llegar a su casa de San Isidro junto a sus acompañantes, todas señoras e incluso una de avanzada edad, el miserable intentó ganarse un sencillo fácil (obvio, puras señoras fáciles de asustar), pero el tío le salió al frente con la 19 en la mano, a lo que el delincuente se le echó encima y forcejearon por el arma, misma que «se disparó» en el ajetreo y le atravezó el pecho al angelito, matándolo. Cierto o no (esta fue la versión oficial), digamos que es razonable y luego de algunas investigaciones y trámites, el empresario salió libre y con su Glock a su casa.
La segunda vez es la que a mí me deja una ENORME duda. Estando en su Mercedez Benz en la Av. Javier Prado, a la altura del colegio San Agustín (zona que nunca me pareció de rateros, pero podría haber sido), en pleno tráfico lento de la hora punta, al lado de su esposa que iba de copiloto, otro miserable intentó romper el vidrio de la ventana de la señora con un objeto (bujía?), pero el Impenetra lo evitó, ante lo cual el delincuente empezó a retirarse hacia la parte posterior del vehículo. Aqui viene lo interesante; el Sr. joyero alegó que él pensó que el maldito iba a intentar romper otra ventana o el parabrisas posterior, por lo que sintió que la agresión no había terminado (con esto se exime de lo que la ley indica acerca del peligro inminente), y el se volteó para hacer un disparo al aire, pero por la posición incómoda y los nervios, un disparo se le «escapó» antes que llegue a poner la pistola en vertical, y coincidentemente, alcanzó al ladronzuelo EN LA NUCA!!. Esta es la versión oficial, y como tal, aun había agresión y peligro, y encima el disparó fué accidental; conclusión: el Sr. joyero se fue de vuelta a casa con su Glock, sin antecedentes y con un parabrisas posterior de Meche arruinado (me tinca que eso es lo que más le dolió).
Ojo, no es que defienda a miserables, pero pongo este caso como ejemplo de algo que he dicho antes repetidas veces, un buen abogado, te saca de casi cualquier problema, alguien duda de la genialidad de su buffete de defensores? Finalmente, si lo tuviera delante al Sr. joyero, le diría:
Oe tío, ¿se te escapó el tiro noooo? Aha… Juega el nombre y fono de tu boga peeee!!!»
Saludos!
Rodrigo
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