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febrero 18, 2009 a las 4:47 am #16606Tomate©Miembro
Se me ocurrió copiar esta idea que me parece fantástica para desacartonar un poco el tema y que todos seamos conciente que los errores son parte del aprendizaje, que el conocimiento tiene su base mas sólida en el error, nadie nace enseñado y todos hemos cometido muchos de ellos y seguiremos cometiendo (yo al menos).
Así que a contar las barbaridades que hemos hecho…. JajajajajaAquí va la mía:
En mis inicios recargaba munición con un equipo manual a martillo, era un verdadero artefacto digno de «Los Picapiedras», pero era lo único que había y se conocía como material para recargar y para abaratar los costos de la munición, tenia dos tubos de metal que hacían las operaciones de recalibrado, abocardado y cierre de la munición, con la sencilla acción de colocar la vaina por uno u otro lado del agujero central de cada cilindro y golpeándolo con una madera o un martillo de plástico, hasta que la vaina entrara hasta el fondo en el lado de la rectificación y luego golpear para sacarla, lo mismo con la colocación del iniciador (golpe y golpe y eventualmente algún PUM!!!!), para cerrar la munición también el tema era a los golpes pero se asentaba el cartucho en proceso sobre una base que tenía un orificio coincidente con el iniciador a los fines de poder golpear el tubo (llamarlo Die es una exageración) de cierre con menos riesgos de que la munición se disparara sola.Como se puede deducir de esto que cuento las municiones mal cerradas, con la punta muy encajada o torcida, eran bastante frecuentes y las vainas eran escasas, así que un día con muchas balas para el «desarme» (en ese momento del .38 Spl.) y pocas vainas empiezo a pensar como haría para reencontrarme con mis vainas tan necesarias y las puntas deformes para volver a fundir (cosa que hacía con un tarro sobre la cocina, para disgusto de toda la familia) y convertir en plomos nuevecitos y utilizables.
Martillo de inercia eran dos palabras desconocidas para mí. Así que mis cavilaciones iban de aquí para allá, entonces se me ocurre el siguiente razonamiento (hoy absurdo por donde se lo mire):
Lo que hace que las vaina tenga fortaleza para resistir la presión de los gases de combustión son las paredes metálicas de los alvéolos y la pletina de cierre de mis S&W modelo 10, pero si la munición esta suelta se inflará un poco la vaina y escupirá el plomo mal colocado a unos pocos centímetros y tendre ambas cosas a costo de un iniciador y un poco de propelente quemados.
Seeeee….. ya sé….. un completo infeliz!!!
¿Cual fue la continuación de semejante ideota? Tomé una olla de aluminio nueva de la cocina de mi madre, puse toda la munición a desarmar en ella regué con bastante alcohol de quemar, subí a la terraza, puse la olla en el parrillero que tenia una tapa metálica de chapa, prendí un fósforo, cerré la puerta y corrí escaleras abajo a esperar los resultados de mi «genialidad», en pocos minutos comenzaron a sonar los PUM!! PAF!! PAM!! Y yo pensaba «se están desarmando» mientras veía en mi mente muchas vainas vacías y las puntas descansando a un lado tranquilamente. Dejé pasar un buen rato después de que terminaron las explosiones, un poco porque ya intuía el final de la «avivada» por los estampidos que no se oían como si las municiones se estuvieran desarmando mansamente.
Subo a la terraza y cuando me acerco al parrillero, me doy cuenta que antes no tenia esas deformaciones en forma de «bubones» que salían por todos lados como si lo hubiera agarrado una pedrada desde adentro, al abrir el parrillero la cacerola tenia unos agujeros IMPRESIONANTES era un colador de sorrentinos, pero de los grandes!!! De esos de 3 por plato.
¿Las vainas? hechas una flor!!! Irreconocibles, había pedazos de latón por todas partes, los ladrillos de la parrilla picoteados por los disparos, las puntas aplastadas contra las paredes o las puertas de metal en fin un desquicio peor que tiroteo de Hollywood.
Así es como aprendí que los municiones no se desarman con alcohol y fuego dentro de una cacerola nueva (si lo van a repetir usen una vieja), párrafo aparte para la cara de mi madre cuando vio lo que quedaba de su cacerola nueva de aluminio….. jeje….
Cuando bajaba de la terraza una vez hecho el desastre la vecina me ve y me dice:
– ¿Estuviste practicando?» JAJAJAJAJAJAJA
– NOOOOOO!!!!!! – dije inmediatamente – yo subi a ver que eran esas explosiones.
– Ahh con mi marido pensamos que estabas tirando en la terraza..
Hice una mueca y me sambullí escaleras abajo…
Mi madre todavía me dice, «Vos me debés una cacerola nueva».Cuando contaba a mis amigos la hazaña, lo hacía como que era obra de un amigo y todos decían «pero ¿es idiota tu amigo?» y si…. Un poco (contestaba yo).
Ahí fue cuando un amigo y recargador experimentado, me dijo vos no hagas algo así, cuando necesites pedime el martillo de inercia y te lo presto. Entonces supe que la manera era esa… jejeje..
La experiencia es lo que obtienes cuando no consigues lo que quieres
Espero les haya gustado.
Saludos desde Rosario, Argentina
Tomate©
q=) -
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