Armas Perú › Foros › Resguardos y Escoltas › Casuistica: atentado al Secretario de Seg Publica de Baja California Mexico 2006
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octubre 29, 2011 a las 5:17 am #21074viajero2008Miembro
En la ciudad de Mexicali (Baja California) fue un martes 25 de abril de 2006, cerca de las 09.00 horas de la mañana, cuando el Secretario de Seguridad Publica de Baja California, Dr. Manuel Diaz Lerma partió de su domicilio, en el fraccionamiento Cataviñá, zona Oriente de la ciudad de Mexicali, con rumbo al Centro Cívico (su oficina de trabajo), y quizás como cada día, su convoy de seguridad (una camioneta blindada Sub Urban y una camioneta escolta Chevrolet Sonora), tomó la calzada Gómez Morín con dirección de de Sur a Norte, hasta la avenida Colón la cual tomó con rumbo al Poniente.
Para entonces ya eran las 09:10 horas y a lo largo de esta avenida que corre en forma paralela a la línea fronteriza, había ya por lo menos siete células, formadas cada una por entre dos a tres sicarios parapetados, esperando el paso del convoy del funcionario con sus armas listas. Eran unos 26 sicarios del crimen organizado, fuertemente armados con fusiles de asalto Kalashnikov AK-47 calibre 7.62mm X 39 mm, asi como Armalite AR-15 calibre 5.56mm X 45 mm (0.223 Remington), algunos de ellos con aditamentos lanza granadas calibre 40mm.
A las 09.28 horas aprox. cuando se desplazaban sobre la avenida Cristóbal Colón, segundos antes del inicio del ataque, avistaron sobre la marcha y en su ruta inmediata, a varios individuos con indumentaria paramilitar, uniformes de color verde, negro, encapuchados y fuertemente armados. Por lo que los conductores escoltas aceleraron al máximo y sus compañeros aprestaron sus armas, siendo casi de inmediato atacados desde la esquina con la calle Jaime Torres Bodet, (fraccionamiento Hípico), por unos dos o tres individuos armados de fusiles automáticos de calibre 0.223 Rémington, también desde las calles Francisco Zarco, les siguieron las células ocultas en las esquinas de Mariano Azuela, Juan de Dios Peza Javier Villanueva, Antonio Caso y una más que se escondía tras de los arbustos sembrados a la orilla del territorio estadounidense.
Los vehículos aceleraron al máximo para tratar de escapar del lugar de la emboscada, mientras los escoltas repelían el ataque con sus armas, tratando de dar protección al vehículo principal. El conductor de la escolta comenzó a maniobrar su vehiculo en zig zag para que sus compañeros puedan repeler el ataque con sus armas a la vez que trataba de proteger al vehiculo principal, la camioneta blindada del su jefe. Conforme la caravana avanzaba a gran velocidad, aparecían más personas armadas apostados en las seis esquinas consecutivas de la avenida Colón, una calle que es colindante con la línea de frontera con los Estados Unidos, haciendo fuego automático con sus armas de grueso calibre y alto poder hacia el convoy del miembro del gabinete de la entidad. Los conductores se esforzaron por mantener sus vehículos en movimiento y por tratar de salir de la zona de destrucción de la emboscada lo más rápido que les fuera posible a fin de reducir el tiempo de exposición.
Era una enorme desventaja, pues mientras los agresores traían cargadores redondos del tipo tambor con 70 y 120 cartuchos, los escoltas solo traían los clásicos de 30 tiros, por lo que al querer cambiar de cargador perdieron segundos valiosos. Los sicarios les dispararon hasta dos granadas de 40 mm que no alcanzaron al Dr. Díaz Lerma, gracias a que éste viajaba a gran velocidad y protegido dentro de la camioneta blindada.
La suerte no favoreció igual a la camioneta Chevrolet Sonora de los escoltas, que iba detrás de la Sub Urban blindada de Díaz Lerma, pues el vehiuclo escolta detuvo su marcha al recibir el impacto de una granada calibre 40 mm a la altura de la calle Juan de Dios Peza y sus ocupantes se enfrentaron a tiros con los sicarios.
Desde uno de los puntos, los sicarios les dispararon otra granada de calibre 40 mm que perforo el capacete, de la camioneta Sonora, sintiendo el impacto de la granada que los aturdió y los sacó de combate. Quedaron heridos de consideración en el lugar: los agentes escolta de la Policia Roberto Razo Lara, Magdaleno Martínez Zazueta y el Agustín Jaime Brambila López. La camioneta Chevrolet Sonora termino con decenas de agujeros provocados por la refriega.Mientras tanto el vehículo del funcionario siguió su camino a toda marcha por la Colón hasta la calle «E», donde tomó hacia el Sur hasta la avenida Ferrocarrileros, donde detuvo su marcha por los graves daños que los proyectiles le habían ocasionado. Ahí Díaz Lerma subió a un vehículo de la PEP en el cual fue llevado a un lugar seguro.
Los atacantes traían mejores armas y definitivamente sus movimientos coordinados de grupos ordenados y consecutivos, evidenciaban que tenían entrenamiento militar, por lo que los escoltas estuvieron en clara desventaja, y después de recibir el impacto de la granada y de recibir varios impactos en sus cuerpos quedaron rezagados del convoy y heridos.
Para darse una idea de la fiereza de la emboscada, ésta se desarrolló en un tramo no menor a los 365 metros, donde se apostaron por lo menos 26 tiradores preparados y armados con rifles de alto poder que dispararon 657 balas provenientes de rifles AR-15, AK-47, de subfusiles calibre 9 mm Luger, así como también dos granadas calibre 40 mm de un lanza granadas portátil adosado a un fusil.
A los diez minutos del incidente toda la zona había sido ya «tomada» por la Policía Municipal, la Estatal y la Ministerial del Estado. Una hora después el helicóptero de la PEP estaba ya sobrevolando la zona. Se localizaron tres vehículos, armas y vestimenta abandonados encontrados en las inmediaciones alrededor del lugar donde ocurrió la emboscada.
Después del tiroteo, los sicarios escaparon a bordo de trece vehículos, que luego abandonaron en diferentes puntos de la ciudad. Fuentes de la PGJE confirmaron extraoficialmente que todos estos vehículos habían sido robados recientemente de la ciudad de Tijuana (Mexico) y en la ciudad de San Diego (California, USA).
Díaz Lerma aseguró la inexistencia de amenazas de muerte pero afirmó la posible relación con el ataque enfrentado por el subdirector operativo en Tijuana de la Policía Estatal Preventiva (PEP) Osiel García.
El funcionario reconoció, sin embargo, la posible existencia de vínculos y complicidad de agentes de la corporación estatal con el crimen organizado, al que se le atribuye el atentado. Díaz Lerma, acompañado por el titular de la Procuraduría General de Justicia en el Estado (PGJE), Antonio Martínez Luna, dió una conferencia de prensa 24 horas después. Los tres agentes policiales de su vehiculo escolta sobrevivieron a las múltiples heridas recibidas en el atentado.
tomado de los periodicos el mexicano, de el mexicali y Notimex
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