Armas Perú › Foros › Tiro Defensivo Peru – Tacticas y Tecnicas de Tiro › Correcta actitud mental y moral en el combate armado III
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mayo 18, 2010 a las 11:39 pm #18843JUalviROMiembro
Parte Final…
CASO 6
La Nación del 13 de enero de 2010 titula “Matan a un policía en un colectivo”
El sargento de la Policía Federal Gerardo Muñoz viajaba sin uniforme en un colectivo junto a diez personas en la localidad de Tres de Febrero cuando “en la vecindad de la Villa de emergencia conocida como Puerta 8, tres pasajeros se levantaron de sus asientos, exhibieron armas de fuego e intimidaron al chofer y al resto del pasaje.
En ese momento comenzó un diálogo entre Muñoz y los delincuentes.
Cuando el Sargento se habría identificado como policía, uno de los ladrones le disparó en la cabeza”
Crítica de la acción de Muñoz:
Desconozco en que fila de asientos se sentaba el policía.
También desconozco si portaba su arma a la cintura o en un bolso.
Si solo iban diez pasajeros, el colectivo iba casi vacío y todos estaban sentados, con lo cual la situación táctica era favorable a un ciudadano armado o un policía de civil si estaba sentado en la última fila o en el primer asiento del lado derecho al lado de la puerta de acceso.
Lo que no entiendo es lo del “diálogo” de Muñoz con los cacos y su identificación como policía.Con delincuentes armados no hay diálogo salvo el que se establece con plomo, con excepción de situaciones de rehenes.
Y si Muñoz se identificó como policía, supongo que esto habrá sido acompañado por el desenfunde de su arma.
Sin embargo, el ángulo de penetración de la bala que le atravesó la cabeza, según el relato de La Nación, me indica que fue disparada desde muy cerca y desde arriba y desde el costado derecho, lo que indicaría que Muñoz estaba sentado del lado izquierdo del colectivo o en los asientos de atrás.
La Nación solo indica que: “la bala entró por el lado derecho del cráneo, salió por el izquierdo y se incrustó en su brazo”Pero consideremos la probable situación táctica de Muñoz.
Al ver que tres pasajeros se levantaban y mostraban sus armas, primero debió decidir si identificarse o no.
Si le descubrían el arma era hombre muerto.
Debía actuar.
Desconocemos la ubicación de Muñoz en el colectivo pero creemos que un policía probablemente elegiría un asiento de atrás posiblemente en la esquina trasera izquierda, o en el medio atrás, si estuviera disponible.
De no haber uno disponible atrás el asiento adelante al lado del conductor del lado derecho nos parece al menos tácticamente menos comprometido desde el punto de vista del combate contra tres enemigos distribuidos en el colectivo uno adelante uno al medio y otro atrás, pero por las características del disparo que lo mató este no era el caso.
Siempre sin conocer el escenario táctico creemos que cuando se levantaron los tres individuos al mismo tiempo, si mostraron entonces sus armas…¡ese era el momento de desenfundar y dar la voz de alto mientras por supuesto, disparaba su arma contra los tres individuos!
Si en cambio primero los individuos caminaron hacia atrás o se repartieron en el colectivo y desde sus posiciones intimaron a los pasajeros a entregarles sus pertenencias entonces Muñoz podía optar por pasar desapercibido (probabilidad casi nula) o liquidar al caco más cercano usándolo como escudo y gritándole al chofer que abriera las dos puertas del colectivo mientras seguía combatiendo, por supuesto.
De la lectura del relato de La Nación, creemos que Muñoz jamás pudo o intentó sacar su arma, por lo menos hasta que fue muy tarde.
Su mera identificación como policía y su diálogo con los cacos fueron su sentencia de muerte.
Pretender convencer a asesinos de que entreguen las armas o abandonen la vida delictiva justamente durante un asalto y sin tenerlos cubiertos con una pistola. 45 me parece una tarea en la que solo Jesucristo podría tener éxito.
Mi pregunta es:
¿No les enseñan táctica de combate en la Academia?
Deberían entrenar a los policías en todo tipo de problemas tácticos de combate.Delincuente armado debe ser delincuente muerto.
Conclusión:
Valor y coraje así como noble sentido del deber por parte de Muñoz.
Arriesgando, por nuestro desconocimiento de la situación táctica referida a la ubicación de Muñoz en el colectivo, ser injustos en el juicio de las acciones de Muñoz, nos animamos a opinar que Muñoz perdió su oportunidad de desenfundar y liquidar a los cacos cuando estos se levantaron de sus asientos y mostraron sus armas.
Ese era el momento de mayor debilidad de los cacos.
Ese era el momento cuando se sentían dueños de la situación y jamás esperarían un ataque decidido.
Siendo Muñoz un policía y conociendo la zona que transitaban, debe haber advertido algo sospechoso en los tres individuos, y debería haberse preparado, pero esto depende de cual era el asiento de Muñoz en el colectivo y de su nivel de alerta.
Por ejemplo…¿Muñoz le daba la espalda a los cacos?
¿Muñoz dormía?
No creo ninguna de las dos cosas.
En mi opinión, ante esta situación táctica horriblemente desfavorable, en un ambiente claustrofóbico y superado en número tres a uno, la única chance que tiene un policía es tratar de liquidar a los cacos antes de o durante su identificación como policía o sin siquiera identificarse.
Y es una buena chance.
La alternativa…es morir asesinado al ser descubierta su arma.
Si yo fuera un policía sin uniforme viajando en un colectivo y llevara mi arma, me sentaría atrás si pudiera o en el asiento delantero derecho y llevaría mi arma en la mano debajo de un saco o lista para desenfundar ante el menor indicio de acción delictual en el colectivo.
El caso que le tocó al pobre Muñoz en un colectivo contra tres delincuentes armados debe ser el escenario táctico más difícil de resolver para un policía.
Una trampa mortalmente peligrosa, pero no olvidemos que ante una adecuada acción del policía o ciudadano armado puede también ser mortal para los cacos.
Tres cacos sin entrenamiento táctico para combate en equipo parados en un colectivo en marcha enfrentan una difícil situación táctica contra un individuo decidido que los sorprende al desenfundar un arma y los enfrenta.
Con toda probabilidad la reacción de los tres cacos será individual, no coordinada, desordenada y probablemente se empujen entre ellos para salir de la línea de tiro o se hieran entre ellos.
Por eso es esencial que el policía liquide al caco más cercano a él.
Un sujeto frío y entrenado puede eliminar a los tres cacos o lograr que uno o dos griten rindiéndose y arrojando sus armas.Es preciso entrenar a nuestras fuerzas de seguridad y dotarlas de una mentalidad de combate contra el crimen sin nociones obfuscadas de derechos humanos.
Recuerden, señores policías y ciudadanía:
Esté atento a los criminales en la calle y todo lo que le parezca sospechoso.
Evite lugares oscuros y abandonados por las fuerzas de seguridad.
Ante el peligro, desenfunde, coloque su mira delantera o guión en el centro de masa del blanco, y ejerza una presión pareja sobre el gatillo sin tironear.
Muévase lateralmente mientras dispara.
No sea un blanco fijo.
Use obstáculos como cobertura y protección.
Una vez que su cerebro haya identificado la situación como de peligro mortal, lo cual sucede en algunas centésimas de segundo, debe Usted poder desenfundar y disparar con seguridad en no más de un segundo a segundo y medio.
Esa es la clave del triunfo del bien sobre el mal.
Advertencia Final:
Señores, soy consciente de que es fácil recomendar cursos de acción de combate desde una Notebook en la relativa seguridad de mi casa en las montañas mientras los policías tuvieron que enfrentar a criminales urbanos en situación táctica desfavorable, sujetos a castradoras normas de procedimiento y sin ayuda.
Pues bien, reconozco esto, pero debo insistir, por el bien de la policía y de la sociedad, en que solo la correcta actitud mental permitirá a cualquier individuo prevalecer en combate mortal y eso incluye no perder valiosas fracciones de segundo dudando y yo les digo que en todos los casos comentados, a juzgar por los relatos de La Nación, los policías hubieran tenido tiempo de desenfundar y disparar todo su cargador si hubieran tenido “the proper mind set”, al decir del Coronel Jeff Cooper, creador de la “New Tecnique of the Pistol” (“Nueva Técnica de la Pistola”) y de una doctrina moral y marcial que consiste en estar alerta, preparado moralmente para combatir contra los criminales y matar si es preciso, sin remordimientos, ya que quienes está dispuestos a quitar la vida de nuestros seres queridos no merecen un escrúpulo de nuestra parte, ni un segundo pensamiento.
Nuestro Señor es responsable por las almas de los delincuentes y a él vuelven cuando ellos mueren en la tierra, para enfrentar al Juez Supremo.
Que nadie sufra por ellos, los delincuentes, si son muertos en legítima defensa por un ciudadano o un policía.
Nuestra responsabilidad es con los justos, con los inocentes y con los débiles e indefensos.
Por ellos debemos pelear, aunque nos cueste la vida, o no habrá sociedad libre ni segura.
Por último, saludo a las familias de estos hombres valientes de la Policía que han muerto por nosotros, los ciudadanos de la Argentina.Autor: Sergio Graziano
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