otra perdida...

Iniciado por luchocas, 27 de Mayo de 2013, 10:10:30 AM

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luchocas

Voy a contares algunas perdidas de la que fui protagonisa y que siempre nos enseñan, así como los radios, linterna o un gps que nos pueden sacar de un apuro, muchas veces la salida pasa por tranquilixarnos, tambien me he perdido en la puna, y en el impenetrable del chaco, vamonos poco a poco y seguimos con los relatos.

Te debo una

La primera vez que lo ayudé, estábamos buscando venados en la quebrada Murpa. Salimos a rastrear con la fresca y nos separamos José y yo para el lado de arriba y Jorge y Cesítar buscarían el paso a la aguada de los osos,  en la quebrada de Capná. En estos sitios de costa no hay guías y solo llegan algunos pastores en tiempo de lomas. Se realiza la cacería al rececho, buscando las sombras donde reposan los venados luego de salir del agua. No hay muchos árboles, salvo en las aguadas y los venados se alimentan de las frutas y flores de las  pitajayas.  José cazó un venadazo clareando y se regresó al campamento para sombrearlo, yo me fume un pucho luego de despansar y como era temprano y estábamos cerca, lo deje solo a José  y me dispuse a seguir cazando. Como a las 12 del día y con el sol a plomo, corté unos rastros de un zapatón que salían de la aguada grande. ¡Están fresquitos ===, son de esta mañana!, busqué la sombra y no había más que un piedrón en el medio del huayco. Solo quería sentarme un rato a esperar que baje el Sol para salir a buscarlo y cuando estaba como a unos 80 metros, se paró de un golpe. Yo venía preparado por que nunca se sabe, rodilla a tierra y le solté un tiro a tres costillas con mi Styer, que lo dejó sobre su sombra. Di mi grito de guerra y di gracias a los Apus. No era muy canastón, seis puntas pero largas, bien abiertas y perladas.  Le rendí los honores, pagué al cerro con los bofes y tripas. Y a fumarme otro pucho, comer una manzana, tomar agua y echar una siestita a que baje el sol.
Como a las 4 de la tarde llegó José a ayudarme, ya que sintió mi tiro. Llegamos al campamento como a las 7, oscureciendo. ¿Y los muchachos?, "ya llegarán..." me dijo. Pero no llegaron.
Preparamos un fritanga con los lomos y dejamos el resto en el fuego para Jorge y Cesar. La verdad estaba muerto de cansado y me quedé seco en dos segundos. Al despertarme por la mañana lo primero que hice fue mirar a mi costado y las cosas de Jorge estaban intactas. ¡José!, lo llamé a través de mi carpa, ¡levántate ===!, eran las 6 de la mañana del sábado de gloria y los muchachos no habían llegado. Preparé el desayuno y José me tranquilizo un poco. " ¿Te acuerdas cuando me dejaste en el cerro toda la noche con Márquez?", me dijo cachaciento. "Era mi primera cacería de venados en la sierra y me dejaste a dormir en el cerro con el guía. Ya vendrán, seguro han cazado y se les hizo tarde". Si me acuerdo, le dije, pero estábamos cerca del pueblo y de la casa, aquí no hay ni un alma. Si no llegan hasta las ocho, los tendremos que ir a buscar.
Don Lucho me había contado de los osos de la aguada de Capná en los buenos tiempos. Se accedía al lugar por un abra entre las dos quebradas que parecían juntarse en unos recodos de las mismas y el portillo dejaba el cruce, luego de subir un par de horas a paso firme. La bajada era otro cuento, porque al regreso y cargando tu venado, la salida te tomaba unas 5 o 6 horas, bien caminado. Calculamos que si pasaron la noche en la aguada, deberían llegar al campamento como a las 10 u 11. Como a las seis  de la tarde empecé a meter tres tiros seguidos cada media hora y nunca hubo respuesta. "¡El que quiere celeste, que le cueste!", me dijo Josecito cagándose de risa, "ahora los quiero ver". Los cachudos más grandes salían de Capná, y esta vez les tocaba a ellos intentarlo, pero ya eran dos días. Casi no dormimos nada y nos parecía escuchar voces cada tanto, "ya vienen...", decía José, pero nada...Algo pasaba.
Domingo de resurrección. La búsqueda la iniciamos desde las 5.30 y cargamos el agua, algo de fruta y un rifle. Llegamos a Capná, encontramos sus rastros y los seguimos un rato, nunca hubo respuesta a los tiros, como a las 4 de la tarde le dije a José que regresara al campamento, si ya estaban de vuelta que encendiera las luces de la camioneta para guiarme. Agarré la única linterna y me dispuse a buscar por los lomos intentando cortarles el rastro, que escucharan y respondieran a mis tiros. Ahora sí estaba asustado. Oscureciendo me pareció escuchar un tiro a la distancia, pero las luces del carro ¡nada! Era temprano para prenderlas o José no habría llegado, decidí seguir buscando bajando por los lomos un buen rato, como a las 8 PM volví a escuchar un tiro, ahora estaba seguro, pero era abajo del campamento. Bajé a la quebrada principal, avancé lo más que pude y ahorrando la linterna en lo posible.  Los encontré como a las 10 de la noche. Cesítar totalmente deshidratado e inconsciente, Jorge totalmente ciego, sin poder vocalizar palabra. Tomaba el agua con desesperación y lloraba como un niño. Le dimos de beber a Cesítar  como pudimos y al rato estaba con nosotros, pero sin poder ver nada. Eran las doce cuando decidimos empezar a caminar de regreso. La luna llena lucia hermosa y nos guió hasta que pudimos ver las luces del carro. Un par de tiros y José nos dio el alcance. Se desubicaron y bajaron por otro lado, regresaron intentando buscar el camino adecuado y se perdieron. Sin agua y sin fuerzas les agarro la noche. Es increíble la velocidad con que recuperaron las fuerzas al tomar agua y comer un poco. José ya tenía todo en el auto y tuvimos que volver a buscar los rifles en una semana, porque nos desorientamos y no los pude encontrar. "Te debo una", me dijo Jorge. Y durmió todo el camino de  regreso a Lima.
¡Saludos y buena caza!

www.cazaperu.com

jromeroro

Eso de las perdidas sucede bastante seguido, y aveces hasta personas muy experimentadas.

eorwitt

Que fea perdida pero que suerte que los encontraron!
Creo que una de las peores cosas que puedes hacer cuando te pierdes es dejar que el miedo te domine. Sentarse, respirar y pensar bien las cosas es lo mejor... aunque obviamente no es nada facil hacer esto.

guazupucu

Joder Lucho, que perdida fiera y como dice el amigo Eorwitt la desesperación es lo peor que puede suceder......hoy insisto, un gps te lleva y te trae por la misma huella si así lo deseas.....y con una brújula al menos iras pechando a rumbo para volver.....pero bueno antes no los teníamos jajaja, que suerte que ahora sí!!!!!!

Un relato exelente lucho.....anduve perdido , ayer terminé una tirada de palomas de 9 dias con los gringos que me dejó medio sordo y medio tarado mas de lo que soy jajajajaja......quemaron 60 mil cartuchos los viejos...!!!!!

Abrazo mi amigo!!!!!!
La arena es un puñadito......pero hay montañas de arena.....