Armas legales, normas kafkianas

Iniciado por supayhuahua, 12 de Septiembre de 2013, 10:46:38 PM

Tema anterior - Siguiente tema

supayhuahua

Reproducción de la columna 'Las palabras' publicada en la edición 2300 de la revista 'Caretas'. Que les parece este articulo


Armas legales, normas kafkianas

http://idl-reporteros.pe/2013/09/12/columna-de-reporteros-145/

elchacal

#1

Saludos Cordiales:

Mi intención de re-postear (tal cual, se lee en el artículo original) lo que el compañero supayhuahua ha tenido con excelente tino colocar el link correspondiente, es más que OBLIGATORIO difundirlo de la manera más amplia el contenido del mismo por mi parte.

Para mí en lo personal es uno de los artículos más Inteligentes, veraces y directos,  creado y escrito por un periodista y no me molesta reconocerlo en absoluto y así lo confieso, al cual en lo personal no le tengo mucha simpatía;  Sin embargo, reconozco su objetividad e ignoraba que por coyuntura más que por gustos, ideas o credos compartíamos algo en común, y confieso también que siempre he predicado y he practicado que más allá de la adversidad o falta de afinidad con las personas jamás he dejado de respetar y darle el lugar que le corresponde al reconocer méritos o habilidades bien merecidas por mucho que discrepe y no comulgue con alguien en particular, por lo tanto me felicito de seguir desde siempre en esa línea que me enseñaron mis padres...tenían toda la razón, como siempre.

Disfrútenlo.


Fuerte abrazo.






Citar



Reproducción de la columna ‘Las palabras’ publicada en la edición 2300 de la revista ‘Caretas’.



Columna de reporteros





Gustavo Gorriti, director de IDL-Reporteros


Armas legales, normas kafkianas


El otro día, al término de la reunión que tuvo con sus predecesores en el ministerio del Interior, el actual ministro Wilfredo Pedraza expuso algunas sagaces novedades a los periodistas, sus cámaras y sus grabadoras.


La reunión que con burocrática originalidad se denominó “Jornada de diálogo por la seguridad ciudadana” consistió, según Pedraza, en “una lluvia de ideas”. No explicó, empero, qué tipo de lluvia produjeron esas ideas porque lluvias, ya se sabe, hay para todos los gustos.

Pedraza declaró sobre algunos de sus temas favoritos, entre ellos el de la “política del gobierno” de reducir el número de armas en la población civil. Y ahí se pudo ver un efecto de la reciente pluvialidad intelectual. “Hay 170 mil ciudadanos y más de 30 mil empresas” dijo Pedraza, “que tienen licencias [de armas] vencidas hace mucho tiempo; y por tanto lo que estamos haciendo ahora es implementar un mecanismo [sic] que nos permita identificar quiénes son las personas naturales, qué empresas son, para, por supuesto, aplicarles la ley”.

El blog “No al desarme civil en el Perú” le precisó de inmediato que “si estos ciudadanos tienen licencias, vencidas o vigentes, ya están identificados por el Estado, no es necesario que los vuelva a identificar Señor Ministro [sic]”. Es que cuando se “implementa mecanismos” uno termina buscando su sombrero sin saber que lo lleva sobre la cabeza.

He escrito antes sobre la política de solapada hostilidad del gobierno (con el rostro de Pedraza en este caso) hacia los propietarios de las armas legales de uso civil. He hablado con el ministro sobre el caso sin tener otra respuesta que la obstinación en una política realmente kafkiana (castigarán a los que no renueven las licencias mientras convierten cada renovación en una pesadilla o en una imposibilidad) acompañada por una manifiesta ausencia de razones.

Citar

“En el Perú, la inmensa mayoría de crímenes se perpetra con armas ilegales, muchas de las cuales provienen del mercado negro militar o policial”



Veamos los argumentos. Antes de hacerlo, expreso el caveat de que no escribo sobre este tema con imparcialidad. No soy un aficionado a las armas, ni las colecciono o las saco para enseñarlas y compararlas con las de los demás. La adolescencia pasó hace muchos años. Tengo un par de ellas con un fin exclusivo: la defensa personal, y me he preocupado siempre que tengan la licencia al día.

Pero esa es la menor de las preocupaciones. Portar un arma supone una inmensa responsabilidad, la primera de las cuales es estar bien entrenado en su manejo y seguridad. Un arma no es un instrumento hecho para proporcionar felicidad o conocimiento sino para defender la vida en circunstancias extremas, cuando la muerte o un daño terrible son inminentes si no se toma una acción pronta y decisiva.

Quien tiene un arma para defender a los suyos y a sí mismo desea no tener que utilizarla jamás, pero a la vez sabe que hay unas pocas circunstancias en las que tenerla a la mano sería la única forma de prevenir una realidad de pesadilla.

Toda persona de bien desearía que su seguridad, la de su familia y su comunidad fuera garantizada por una Policía competente. Eso ciertamente no ocurre en este país. Hay policías honestos, hay policías buenos y hasta los hay competentes, pero no son muchos.

Si hablamos de armas, por ejemplo, son muy pocos los policías que saben disparar. Porque muchos de ellos no han disparado nunca y la mayoría de quienes lo hicieron alguna vez no entrenan más. De hecho, un policía  con armas es, en muchos casos, un peligro para sus compañeros y para sí mismo. La cantidad de víctimas policiales por accidentes con arma de fuego es muy alta. Ni siquiera el SUAT practica lo suficiente, por la típica irresponsabilidad y mal manejo de quienes quieren impresionar con el gatazo de compras caras de material sofisticado sin fortalecer lo más básico del arte y la organización policial.

Sostener que la expropiación de las armas legales de uso civil va a disminuir el crimen significa una ignorancia inexcusable. En el Perú, la inmensa mayoría de crímenes se perpetra con armas ilegales, muchas de las cuales, sobre todo las armas largas que se usa en asaltos a instituciones, provienen del mercado negro militar o policial.

Afirmar, de otro lado, que leyes restrictivas, disposiciones draconianas contra la posesión de armas legales tendrá un efecto positivo en la disminución del crimen, choca contra contundentes evidencias en sentido contrario.

México y Venezuela, por ejemplo, son dos de las naciones con leyes más severamente restrictivas en cuanto a la posesión privada de armas. Sus niveles de homicidios por arma de fuego (en todo Venezuela y en varios puntos de México) están entre los más altos de América Latina y del mundo. Uruguay, de otro lado, que, según un informe reciente de Insight Crime, tiene el doble de armas per capita que Honduras (15 por cada 100 habitantes contra 7 en el caso de Honduras), tiene uno de los más bajos índices de homicidios en América Latina (5.9 por 100 mil habitantes) mientras que Honduras sufre el más alto nivel en el mundo (91.6 por 100 mil habitantes), salvo, por supuesto, zonas en guerra.

Un patrón parecido se da en el resto del mundo. Rusia, por ejemplo, con una legislación restrictiva, tiene un índice de homicidios de 20.5 por 100 mil, mientras el índice de Noruega y Finlandia es de 0.98 y 1.98 por 100 mil respectivamente. A la vez la relación de armas per capita es de 4 mil por cada 100 mil habitantes en Rusia y de 36 mil y 39 mil por cada cien mil habitantes en Noruega y Finlandia.

Los datos provienen del estudio de Don Kates y Gary Mauser, “¿Prohibir las armas de fuego reducirá homicidios y suicidios?” publicado recientemente en la revista Harvard Journal of Law & Public Policy.

Los datos empíricos contradicen una y otra vez prejuicios y lugares comunes en muy diversas realidades. Es cierto que queda mucho por analizar e interpretar debidamente, pero puede afirmarse sin el menor riesgo de error que la restricción en la posesión de armas de fuego no tiene un efecto positivo en la reducción del crimen. En algunos casos es, más bien lo contrario.

Lo que sí impacta al crimen es el nivel de eficiencia institucional del Estado y la sociedad. Cuando este es bajo la corrupción es alta y las leyes restrictivas hacen más interesante un mercado negro corrupto de armas, de gansters y sicarios. Como dice un experto en el tema, citado por Insight Crime, “No se necesita gran cantidad armas para perpetrar muchos homicidios si ellas están en manos criminales”.

Cuando Pedraza llegue a entender que desarmar y desarticular a las bandas criminales a través de una sustantiva mejora de la acción policial es la manera de reducir la violencia delictiva, antes que perseguir a civiles que poseen armas con licencia, entonces se podrá pensar que la lluvia de ideas del otro día logró germinar la buscada lucidez♦


Fuente:
http://idl-reporteros.pe/2013/09/12/columna-de-reporteros-145/



"Pocos ven lo que somos realmente, pero todos ven lo que aparentamos"

mutante

OTRA PIEDRAZA DE PEDRAZA..................
saludos
"..... el miedo y la ira son aliados del lado oscuro de la fuerza....."

mirkjhael

Uds creen que Pedraza va a leer algo que tenga la palabra Harvard en su publicación? si con lo que habla demuestra, y cito al presente autor "ignorancia inexcusable", les apuesto que no sabe ni jugar ajedrez ya que quizas lo vea como un juego de destrucción masiva, por que muchas  piezas son "eliminadas" y al final se busca el "asesinato" del rey
¡Piu Avanti!...No te des por vencido ni aún vencido!

jcc2

Una explicacion posible a esta fobia que tiene el Ministro Pedraza contra las armas pudiera ser que este pobre señor, de niño haya sufrido una mala experiencia por parte de algun pervertido a punta de pistola y esto lo podria haber traumado para siempre? Que dicen los Psicologos?

elchacal

.


Este Articulo fue publicado anteriormente, diferente fecha, el mismo autor y la misma ferrea y congruente argumentación, al igual que todos nosotros mantenemos de la misma manera y no menos contundente, solo publico parte del articulo que es pertinente al tema, si desean leer el articulo completo ingresen al link de la fuente al final de esta publicación.






Citar
Citar

Reproducción de la columna 'Las palabras' publicada en la edición 2272 de la revista 'Caretas'.



Columna de reporteros
Gustavo Gorriti, director de IDL-Reporteros
Jueves 28 de febrero, 2013


Seguridad de la gente, lucha contra el crimen: uno pensaría que se trata del tipo de problemas que se enfrenta con sentido común, mediante la aplicación de medidas más bien simples pero que requieren el tipo de acción diligente, coordinada y perseverante que define la artesanía política de un buen gobierno.



Lo de las licencias de armas:

Para combatir el uso criminal de las armas de fuego, el gobierno tuvo la idea de reducir la vigencia de las licencias de cinco años a solo uno, y prohibir del todo las licencias para el calibre 9 mm. Luger, o Parabellum, incluso la renovación de quienes ya las tienen.

Atacar el uso criminal de las armas de fuego mediante el acoso a los dueños de armas con licencia es como intentar atacar el contrabando hostigando a los comercios formales. La inmensa mayoría de crímenes con arma de fuego se comete con armas ilegales. Algunas son las armas alquiladas por militares o policías corruptos y otras pertenecen simplemente al mercado negro de armamento.

Citar

"Atacar el uso criminal de las armas de fuego mediante el acoso a los dueños de armas con licencia es como atacar el contrabando hostigando a los comercios formales".


Prohibir el calibre 9 Parabellum es puro cretinismo regulatorio. Ese calibre que no es, ni mucho menos, el más potente o letal entre las armas de puño, tiene la ventaja, para los dueños de armas, de munición relativamente abundante, a mejor precio. Eso permite entrenar más, cosa que todo dueño responsable de armas debe hacer.

¿Qué porcentaje de pistolas de ese calibre figura en los casos de uso delictivo de armas? Muy bajo; ínfimo si se trata de armas con licencia vigente.

El problema que hay con las licencias de armas es el de aquellas que han sido indebidamente entregadas a delincuentes. Por ejemplo, las licencias extendidas a las mafias extorsionadoras en construcción civil. La solución radicaba en verificar en forma ágil y rápida los antecedentes de los solicitantes, lo cual, en un gobierno interconectado, está a la distancia de una pantalla. El régimen anterior avanzó en ese aspecto, mientras el actual se encargó de desmantelarlo.

Hay mucho que investigar y controlar en el uso ilegal de armamento y, sobre todo, de explosivos. De hecho, el castigo por la posesión ilegal de lo uno y lo otro, debería ser más severo. En cambio, reemplazar la acción investigativa y regulatoria de la Discamec por el procesamiento anual de multitudes de solicitud de renovación a través de trámites sin término, puede ser el sueño húmedo de burócratas, pero es una manera segura de fracasar en el control de armas y explosivos ilegales.

México es, por ejemplo, una nación severamente restrictiva en cuanto a otorgar permisos a armas de uso civil; pero tiene un gigantesco, letal y descontrolado mercado negro de todo tipo de armamento. ¿Se quiere eso aquí?

El Estado tiene no solo el derecho sino el deber de exigir conocimiento y habilidad en el manejo y seguridad de las armas de fuego a todos sus dueños o usuarios. Eso es regulación. Pero lo otro: el concepto de una burocracia papeluchera, arbitraria e irracional, no solo es inútil sino contraproducente. Si se mantiene, no va a solucionar nada y va a empeorar mucho.

Las rebuznantes medidas sobre las armas y explosivos de uso civil, no cantan solas. Hay un coro de acompañamiento de otras, como las siguientes:


Fuente:
http://idl-reporteros.pe/2013/02/28/columna-de-reporteros-119/

"Pocos ven lo que somos realmente, pero todos ven lo que aparentamos"

jcc2

Gracias Sr. Gorriti por tratar de hacer entender a los funcionarios "DE TURNO" del actual gobierno que no se puede tratar de tapar el sol con un dedo y mucho menos aun, tratar de injustificar lo injustificable con argumentos que un niño de pre kinder sabe que son mas falsos que una moneda de S/. 3.50

Saludos,

JCC2