El trabajo con armas. La seguridad.

Iniciado por Cecilio Andrade, 14 de Marzo de 2013, 10:50:15 AM

Tema anterior - Siguiente tema

Cecilio Andrade

El trabajo con armas. La seguridad.

Publicado por Cecilio Andrade


Seguridad, la olvidada cuando la virtud de la rapidez se convierte en el vicio de la prisa.

El principio tan repetido por los centuriones romanos de "entrena como trabajas, trabaja como entrenas" debe formar parte íntima de la filosofía y modo de operar con armas de fuego, sea durante su limpieza, portándolas, en el campo de tiro o en una acción de alto riesgo. Si el cuerpo y la mente solo saben actuar de una forma correcta, jamás podrán equivocarse por muy estresados o apurados que puedan encontrarse. Pero hay que recordar que esto no debe ser una excusa para el inmovilismo y el estancamiento.

Para todo profesional es evidente que sin unos mínimos requisitos de seguridad cualquier trabajo puede pasar de ser un simple riesgo a convertirse en una grave negligencia, paralela al delito, cuando no lo sea en si misma.

Las normas de seguridad suelen dividirse generalmente en tres apartados, seguridad general, durante los entrenamientos y durante las operaciones.

Aunque en principio esta división resulta válida se debe tener en cuenta que con una correcta base de instrucción, las acciones siempre responderán al entorno en el que se realicen.

Cinco son las claves fundamentales de seguridad, totalmente aplicables a cualquier situación, del tipo que sea. Como ya se verá a lo largo de este trabajo es indiferente el estar en una galería de tiro o en una acción de riesgo para tenerlos presentes.

Partiendo de estas claves de sentido común será fácil aplicar de forma natural todo lo demás.

÷ Estar siempre alerta. Dice el proverbio hombre prevenido vale por dos. Si se pueden detectar los problemas por anticipado, casi siempre se podrán evitar.
÷ Confiar en los sentidos cuando éstos dicen que algo anda mal. El sexto sentido es algo real, y no algo esotérico, es simplemente que el subconsciente, siempre alerta, detecta algo anómalo, erróneo, incorrecto, no sabemos lo que es pero algo no está bien. El negarlo no sirve de nada, hay que confiar en ese sexto sentido y buscar lo que está mal.
÷ Adquirir anticipadamente los conocimientos, habilidades y equipo necesarios para garantizar una capacidad de reacción correcta.
÷ Planificar las acciones, hacer un plan de batalla, general y adaptable.
Esto válido para todo lo que se realice. Fracasar en planificar es planificar el fracaso dice una máxima.
÷ Actuar en el momento crítico, ser decidido, tener la capacidad de hacer lo que se deba hacer en el momento necesario, y poseer esa capacidad bien asumida. La acción incorrecta en momento exacto es mejor que la mejor acción un segundo más tarde.

Las normas de seguridad generales deben presidir cualquier acción relacionada con armas de fuego. Hay que tener en cuenta que legalmente se habla de profesionales cuya titulación y cualificación técnica los hace merecedores de una destreza indiscutible en el uso de las armas.

÷ Tratar todo arma como si estuviera cargada y dispuesta para abrir fuego.
÷ Cuando se reciba un arma, incluso de la armería o cuarto de armamento de la unidad, antes de ninguna otra manipulación comprobar si se encuentra cargada o no. ¡No suponer ni creer nada!
÷ No apuntar a nadie con el arma, y, por supuesto, no introducir el dedo en el guardamonte, si no se está dispuesto y convencido de la necesidad de disparar.
÷ Apuntar siempre la boca de fuego hacia lugares en los que disparos fortuitos no causen daños personales.
÷ No abandonar nunca un arma ni dejar las armas al alcance de nadie, además de que puede ser empleada contra uno, la atracción de las armas es algo más que un concepto psicológico.
÷ Evidentemente, no jugar con las armas sean reales o no. El cuerpo repite de forma natural lo que se le acostumbra a hacer, por ello si se acostumbra a manipulaciones inseguras con la excusa de que es un arma de juguete o de que está descargada, la mano actuará de la misma forma el día que al arma sea real, esté cargada y alimentada.
÷ Jamás arrojar el arma contra el suelo, una mesa, o incluso una cama, si no depositarla.
÷ Cuando no se porte el arma guardarla en su armero, se puede considerar también el mantener la munición en otro lugar, si el armero se encuentra en el domicilio.
÷ Evitar, dentro lo posible, que otras personas conozcan el emplazamiento del armero, e incluso que se es propietarios de un arma de fuego.
÷ Alcohol o cualquier sustancia que afecten a la mente jamás debe asociarse con el uso, o incluso el transporte de un arma de fuego.
÷ Las armas es preciso conocerlas en profundidad para manejarlas con seguridad, si esto no es así hay que acudir a un instructor.
÷ Los accidentes son siempre consecuencia de negligencia. Existen los fallos mecánicos, estructurales y otros, pero siempre hay que pensar que uno mismo es el responsable de cualquier accidente ocurrido con el arma que porta.

Debe adquirirse un perfecto nivel de habilidad y destreza en el empleo y manipulación del arma. Existe un viejo adagio aplicable a cualquier cosa que se desee realizar correcta, segura y perfectamente, entrenar, entrenar, entrenar, y después más, hasta que forme parte de la propia naturaleza e instintos.

Una vez llegado al campo de tiro, a las normas generales deben sumarse un grupo más de normas de seguridad, tendentes a evitar accidentes, ya sean los entrenamientos individuales o en equipo.

÷ Si se va a entrenar solo comunicar donde estará entrenando a alguien de la unidad, familia o amigos.
÷ Cuando el entrenamiento se realice en grupo, siempre debe haber un director del mismo, que marcará que hay que hacer, como y cuando, y cualquier otra información que considere pertinente.
÷ Entre sesiones, el arma estará con el seguro puesto y colgada si es arma larga o en la funda de ser arma corta.
÷ Nunca se manipulará un arma a espaldas de los compañeros que están trabajando.
÷ En una línea de tiro, nunca adelantarse o atrasarse con respecto a los demás compañeros, manteniéndose siempre a la misma altura, salvo que el ejercicio y el instructor marquen otra cosa.
÷ Prestar especial atención a derecha, izquierda y atrás, para evitar tropezones, golpes o disparos fortuitos por cruce de trayectorias.
÷ En entrenamientos de asalto y entrada, se revisará la zona, tras lo cual con un silbato, sirena, voz u otra señal convenida se indicará que se van a realizar acciones con fuego real.
÷ Mantenerse despejados, comer ligero, no tomar alcohol, y en lo posible bebidas gaseosas, si se va a realizar entrenamientos con armas de fuego.
÷ Jamás trabajar sin gafas de tiro ni protectores auditivos.

Partiendo de la premisa de que la seguridad en el uso de las armas resulta la regla más básica para un agente con un nivel mínimo de profesionalidad, esta premisa adquiere toda su importancia cuando se trata de acciones reales en las que surgen factores no controlables.

÷ Estar seguro de la propia capacidad para hacerse cargo de la misión. El exceso de confianza o la sobreestimación de las capacidades no solo son poco profesionales, si no que puede acabar en una situación donde se juegue con la vida de compañeros o ciudadanos.
÷ Evitar disparar si no se reconoce claramente el objetivo o si se observa movimientos no identificados tras de él.
÷ Cuidado si se abalanzan hacia uno, es posible que sean ciudadanos aterrorizados buscando auxilio y protección.
÷ Para la mayoría de las acciones actuales, policiales o militares en misiones de mantenimiento de paz, la primera directriz y premisa fundamental en un asalto, registro o rescate, es la de preservar toda de vida inocente. En principio siempre es preferible que un criminal huya a dañar a inocentes por el ansia de capturarlo.

Esto tiene matizaciones muy importantes a tener en cuenta según el tipo de criminal contra el que se actúe. Debe considerarse su peligrosidad y el riesgo de que genere daños mayores si escapa, que los que se puedan provocar con la acción de neutralización.

÷ La acción será estudiada, si ello es posible y la premura de tiempo lo permite, con atención, y entendida por todos los componentes del grupo actuante, así como de todo aquel que de una forma u otra tenga algo que ver en la acción.

÷ Durante la ejecución de la acción evitar apuntar, y mucho menos abrir fuego sobre las zonas en las que pueden aparecer compañeros.
÷ El nivel de estrés de este tipo de acciones provoca el llamado efecto túnel, hay que tratar de mantener una visión abierta y general de la zona para evitar actos que puedan desembocar en disparos involuntarios.

Las normas de seguridad general y de entrenamiento son especialmente importantes en estas acciones, ya que son estas, si están bien aprendidas y asimiladas las que se aplicarán de una forma instintiva y natural.

Sobre todas los principios de seguridad aplicables debemos emplear siempre la mejor arma, el cerebro, y con él sacarle partido al mejor y menos común de los sentidos, el sentido común.
"Nunca sacrifiques el honor por alcanzar honores"

baikalfull

Normas y Procedimientos que tenemos que tener en cuenta cuando manipulamos nuestras armas, agregó muchas cosas que desconocia, gracias por sus aportes.

viajero2008

Muy bueno, para llevarlo siempre en mente y practicarlo. gracias
amat victoria curam