Principio 1: Retención vs. Protección
Suena igual pero no es lo mismo. El sistema de retención es básicamente la tecnología de la funda que permite que su arma esté al alcance, no se le caiga y retrase el intento de una persona de quitársela.
Decimos retrase en subrayado porque si la intención fuera impedir el desenfunde, la funda vendría con candado o una clave de seguridad. La cinta o el sistema de bloque interno le permiten darse cuenta de que alguien trata de hacerse con el control del arma, dándole suficiente tiempo para que haga algo al respecto.
La Protección es un concepto más amplio que implica hábitos de seguridad al portarla y todo el repertorio de técnicas que le permitan evitar ser desarmado. Es una mezcla de inteligencia preventiva, destreza y espíritu de sobrevivir. Son estos tres pilares los que garantizan que su arma estará donde debe.
Principio 2: No sea tacaño con su funda
Con frecuencia vemos a personas portando armas de más de 700 dolares en fundas que no pasan de 70 Soles. Otros incluso llevan el arma en la cintura del pantalón o un bolsillo.
Haga un esfuerzo y compre una funda que tenga un buen balance entre seguridad y velocidad de desenfunde. Lo más probable es que la distancia a la que va a tener que lidiar con una amenaza, lo primero sea lo más importante.
Principio 3: Si la funda tiene retención, no es por antojo de fabricante
Los fabricantes serios gastan mucho tiempo investigando cuál es la necesidad del que porta armas y la seguridad es una de ellas. Desgraciadamente no siempre el usuario final piensa igual.
El problema es que más del 90% de las personas que son desarmadas son asesinadas con su propia arma. A pesar de que la estadística es ampliamente conocida persiste el mal hábito y para comprobarlo fíjese en la cantidad de policías que tienen la cinta de seguridad de la funda colocada. Se sorprenderá al darse cuenta de que la mayoría la tiene abierta o, en el peor de los casos, se la quitó.
Muchas personas evitan fundas con retención por el temor a no poder desenfundar rápido, la mejor respuesta a esto es práctica con tiro seco y fuego vivo. No haga trampa y practique llevando el arma como siempre lo hace (oculta debajo de una chaqueta o camisa).
Principio 4: No muestre su arma si no es para usarla
Este es un principio universal que todos conocemos pero pocos siguen.
Desde el sujeto que se molesta en el tráfico y saca su arma para dejar claro quién manda, pasando por el policía vestido de civil que porta su arma al descubierto pensando que como también se le ven las credenciales nadie va a desarmarlo, todos emiten un mensaje claro: si tienes que enfrentarme, ya sabes que estoy armado y dónde está mi pistola.
- Al ver un arma la gente sensata recibe el siguiente mensaje de usted: “Tengo más capacidad de hacer daño”
- Al ver un arma la gente alterada recibe el siguiente mensaje de usted “Te reto a que lo intentes”
- Al ver un arma el delincuente recibe el siguiente mensaje de usted “Llevo una prenda costosa que puede ser un buen botín”
En 2/3 de las situaciones en las que mostramos el arma existe el peligro potencial de que intenten quitárnosla.
Principio 5: Sepa cómo aproximarse a un sujeto (s) problemático
Aproximarse (o dejar que se aproxime) un sujeto problemático plantea un riesgo de seguridad adicional si se porta arma de fuego tanto por el posible intento de desarme como por la dificultad de desenfundar.
Hay tres aspectos básicos que se deben cuidar:
- Mantenga su lado armado lejos del sujeto
- Sea consciente de quién está más cerca de su lado armado (recuerde que una persona a 7 metros de usted sólo necesita 2 segundos para llegarle)
- Mantenga sus manos al frente
Principio 6: Aprenda a pelear por su arma
Cuando alguien intenta desarmarnos básicamente caemos en un forcejeo que termina en un match de lucha. A pesar de que muchas técnicas de retención plantean situaciones cómodas en las cuales se ve sencillo evitar la agresión, la realidad indica que es una de las peleas más encarnizadas y extenuantes que existen.
El programa de retención que haga tiene que abarcar una serie de situaciones que vayan desde apartar a una persona que simplemente trata de desviarnos el arma hasta defender el arma enfundada o desenfundada (de pie o en el suelo), tener la capacidad de salirse de agarres e incluso poder desenfundar y disparar desde cualquier posición y distancia.